miércoles, 3 de septiembre de 2014

En la calle

Dicen que el hombre es el único animal que se equivoca dos veces por lo mismo. Al respecto, el famoso cantante Julio Iglesias nos dedicó su canción “tropecé de nuevo y con la misma piedra”. O si quieren un ejemplo más cercano y regional: “andas volando tu uña en la misma quiruma”. Todo nos ayuda a buscarle una explicación a la torpe, irresponsable y desconsiderada acción del alcalde de la municipalidad distrital de San Juan Bautista, Francisco Sanjurjo Dávila, contra unos 100 trabajadores, a los que puso de patitas en la calle el primer día de este primaveral setiembre.

Y como dan cuenta los archivos noticiosos, no es la primera vez que el campechano -y otras veces chabacano- burgomaestre sanjuanino comete el mismo error, la misma torpeza, la misma injusticia contra el personal que labora en su gestión. La primera vez, el poder judicial le corrigió la plana y pese a esa mala experiencia como autoridad, no supo sacarle el mejor provecho para corregir, y pese a las mil y un justificaciones no le quedó otra cosa que reponer en sus puestos a los despedidos.

El lunes último, casi como calcado -o escaneado para estar acorde con la modernidad- salen con la misma cantaleta. Sin ninguna consideración, así sin anestesia, les comunicaron a cerca de cien locadores que ya no van más en la comuna de San Juan y de un solo puntapié, figurativamente hablando, les mandaron de vuelta a sus casas. Las razones y pretextos increíblemente groseros fueron: “se terminaron los proyectos”, “no hay presupuesto para seguir pagándoles”, “son como vacaciones forzadas… y de pronto para octubre retornan”, etc., etc. y etc. Una total falta de respeto no solo a los trabajadores y sus familias, sino también a nuestra inteligencia.

Pancho Sanjurjo, debe sacar pecho por los asesores que tiene, se ha rodeado de verdaderas “eminencias” especialistas en cómo tratar al personal de una institución pública. Y si personalizamos la responsabilidad de este atropello en su persona, es porque él es el que toma las medidas y decisiones políticas en la gestión. Él está en la facultad de aceptar o no la insensible propuesta de la gente de su entorno. Y como se dice en la jarana, “no hay primera sin segunda “y para camuflarlo y blindarlo ¡oh, casualidad! Justo sale de vacaciones el mismo día lunes. Es que el señor aspira a ser reelegido el 5 de octubre, por lo tanto debe darle más atención a su campaña en la recta final.

Por donde se le mire esta decisión es pésima, torpe e inoportuna. La gestión como tal se pinta como una institución donde no se planifica ni se maneja con responsabilidad los presupuestos y peor los proyectos, porque justo cuando van a arrancar un nuevo mes laboral se dan cuenta que se acabaron los proyectos y que no hay plata para pagarles los sueldos. En lo político, no creemos que le lleve a sumar y por más que se sientan ganadores con un altísimo porcentaje de preferencia electoral -según las serísimas encuestadoras locales-, esto puede caerles como un semillazo en el ojo, se están poniendo en bandeja para que sus rivales políticos les hagan chancho al palo. Y en lo social se muestra como una autoridad dictatorial e insensible, más si hablamos de personas que de manera directa han contribuido para la buena marcha de la gestión, quienes además tienen familias que sufrirán las consecuencias del despido


Finalmente, es sospechoso que justo cuando se está entrando al último y definitivo tramo de la campaña electoral, descubran los “genios” de San Juan Bautista que no hay dinero. Cuando el rumor fuerte -no de ahora- es que esa municipalidad sería la caja chica de la campaña del MIL, que por cierto, y no es descubrir la pólvora, es de las más poderosas económicamente hablando. Entonces decimos, Panchito está de vacaciones, está en campaña, está en la calle.

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