viernes, 24 de febrero de 2017

Pide disculpas

Si te equivocas pide disculpas, sin temor alguno, sin pensarlo dos veces, pero tampoco esperes que automáticamente acepten tu metida de pata, así como así, pues las personas procesamos eso lentamente. Recuerda que errar es humano y perdonar es divino.
Muchos creen que eso es debilidad, que es hacerse el harakiri, sobre todo los políticos y consecuentemente las autoridades. Disculparse, reconocer que han fallado, simplemente no está en su diccionario. Eso no está permitido en estas personas porque se sienten infalibles. No es parte de su naturaleza.
Desde siempre hemos visto una serie de equivocaciones en la forma de gobernar y accionar dentro de la cosa pública. Mas ahora en estos tiempos, eso está más que visible a plena luz meridiana. Pero pregunto. Alguna autoridad o funcionario ha salido a pedir disculpas a la ciudadanía, precisamente, por esos tremendos errores. No. Ni media palabra al respecto.
Es que los políticos y autoridades andan convencidos que sí reconocen un desacierto sería catastrófico para su gestión. Sería ponerse la soga al cuello. Sería pararse frente al pelotón de fusilamiento de sus opositores y enemigos. Pero estamos convencido que es totalmente lo contrario. Pues sus rivales siempre tendrán la mala leche hagan lo que hagan, se opondrán a todo, por eso dicen llamarse oposición. Lo que les debe preocupar es lo que piensa la ciudadanía en general. Pedir disculpas no te debilita, al contrario te fortalece. No te achica, te hace grande.
Claro, en la inmadura, manoseada y embarrada política nuestra, pensar de esta manera es una utopía, un pajazo mental. Pero es responsabilidad de todos revertir esa vergonzosa realidad. Y tan solo una palabra, sí pronunciar una, puede ser uno de los primeros peldaños al cambio para bien: discúlpenme.
Ahora bien, eso no solo tiene que ser de la boca para afuera, por pura conveniencia e interés mezquino de lo político partidario. No. Pedir disculpas tiene que salir del corazón, del alma y de la mente. Porque tiene que ser un gesto sentido, noble y pensado. Sino no sirve, sino no tiene ningún valor. Sería simplemente una sopa mazacote de letras a lo ‘Ajinomen’.
El pedir disculpas en la boca de una autoridad debe ser un compromiso de “no lo vuelvo hacer”. De corregir, de remover, de expectorar lo que ha fallado en su gestión, para que no se vuelva a repetir lo negativo. Pedir disculpas, por lo tanto es palabra de honor empeñada ante la ciudadanía.
Pero ojo, los ladrones, los corruptos, esos pillos Vip, solo merecen la cárcel. El que traiciona al pueblo en esos niveles solo deben mirar el sol a cuadritos por muchos años. Porque recuerden que Dios perdona el pecado, mas no el escándalo. Una cosa es errar y otra robar.
Que un gobernante pida disculpas o perdón al pueblo, tras todo lo expuesto, debe ser el camino que se va haciendo al andar, debe ser el reflector prendido para transparentar las gestiones. No tengan miedo de reconocer sus errores porque de ellos se aprende. No crean que la ciudadanía los lapidará ante un gesto de esta naturaleza. Al contrario, la autosuficiencia, la altanería, el que se crean los poderosos que nunca se equivocan o, lo que es peor, que se pasen sus años de gobierno construyendo un castillo de mentiras, eso sí que no merecerá nada. Solo el desprecio. Y un político despreciado es peor que un alma en pena. Que no encuentra paz ni después de muerto.


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lunes, 20 de febrero de 2017

El baile puede esperar

Si nada puede estar por encima del derecho a la vida, consecuentemente entones tenemos que decir que exigir seguridad  en todo aquel espacio o recinto público es sensato y responsable. Ese derecho por lo tanto es irrenunciable. No podemos pretender subordinarlo o mucho menos ningunearlo por otros intereses. Dicho esto, el derecho a la empresa o al trabajo no está de ninguna forma por encima de la vida.
Por eso cuando la semana pasada se encendió más el debate sobre el caso Pardo, nos llamaba poderosamente la atención de que se argumente la inversión, el negocio y derechos laborales, cuando lo que se estaba cuestionando era que la empresa no terminaba de levantar la serie de observaciones que existen en ese centro de diversión. Sobre todo en el muro periférico que están levantando a la prepo luego que un viento fuerte lo trajera abajo como si fuera un bloque de wafler.
Los trabajadores, entre ellos los músicos o artistas del grupo Explosión deberían en primer lugar exigir a sus empleadores que cumplan con las leyes porque solo así podrán trabajar sin impedimento alguno. No es la actitud de la autoridad ni la oposición de un importante sector de la ciudadanía lo que debe molestarles, sino el que los empresarios le quieran sacar la vuelta a las leyes.
Ahora, los propietarios de Explosión están en todo su derecho de exigir que la autoridad municipal les tenga informado de las acciones y medidas que vienen aplicando en ese recinto, la información clara y transparente debe estar bajo toda luz meridiana. Nada puede estar a media luz. Si ellos tienen que denunciar, por ejemplo, la intromisión del esposo de la alcaldesa de Maynas en este caso, pues que lo hagan en las instancias respectivas. Somos varios los periodistas que no ocultaremos la verdad y no temblaremos para señalar mafias p actos de corrupción en las instancias de gobierno, La municipalidad provincial es una institución pública por lo tanto los familiares no tiene por qué meter las narices, y las uñas, en esos asuntos de gestión.
Lamentablemente, una vez más, sentimos que el peligroso virus de la politiquería que ha invadido los medios de comunicación, ha trastocado, torcido y manoseado este tema. Indigna escuchar de uno y otro lado posiciones condicionadas por el contrato de imagen o el sencillo que por publicidad reciben. Están a favor o en contra de la decisión de Maynas o del Pardo dependiendo del RUC al que facturan mensualmente. No es la seguridad de las personas, no es la defensa de la vida o salud de los que asisten a este local. No. Solo interesan sus bolsillos y punto.
Además, los socios del  Atletic Club José Pardo, propietario de ese predio de Mariscal Cáceres con Alzamora, han denunciado a los empresarios arrendatarios, es decir, al grupo Explosión. Por lo tanto ese asunto queda en el fuero privado. Los abogados de uno y otro lado tendrán que arreglar sus diferencias en los fueros judiciales. Así que, este bailongo tiene para rato, señores.

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viernes, 17 de febrero de 2017

Qué profesionales y asesores

Es de conocimiento público que en las diferentes gestiones hay profesionales de distintas ramas que se desempeñan en los más diversos cargos. Son gerentes, funcionarios de primer nivel, asesores internos o externos o un extraño combinado de ambos. Hay de todo como en botica. A esto se suma que las autoridades electas, en la mayoría de los casos tienen una profesión. Por lo tanto, podemos, a simple vista, decir que hay personas con amplios conocimientos y preparación en esas instancias. Hay madera dirían algunos.
Pero resulta que las maderas aquellas muchas veces son de mala calidad y están con más polillas que mueble de ambulante. Sí señor. Entonces uno se pregunta qué está fallando. Porque en las municipalidades, Gorelor y direcciones regionales hay cada asesor o gerente que por lo que dicen y hacen dan ganas de mandarles a la primaria. Son cosa seria.
Lo lógico es que una autoridad busque rodearse de los buenos y mejores profesionales. Pero que tenemos -salvo honrosas pero escasísimas excepciones- mediocres y buenos para nada. Como si a la hora de seleccionarlos agarran la hoja con el ranking al revés. Porque siempre tienen a los malos entre los malos a sus lados. Increíble.
Cómo puede ser posible, por ejemplo, que un ingeniero no sea capaz de darse cuenta que una obra viene fallado desde que era una simple idea. Y tienen la flema de querer sacudirles la culpa a los demás. De dónde los sacan. Qué experiencia han tenido antes de chapar esa gerencia. Si ni identificar los errores monumentales en los expedientes técnicos pueden.
¿Abogados? ¡uuuff! De ellos hay como cancha, son polifuncionales, de todo terreno. Están de asesores principales de la autoridad, asesores legales, jefes, gerentes, etc. Pero que no ganan nunca un arbitraje, un caso un pleitito a favor de la gestión. Al contrario, les hacen meter las cuatro a las autoridades. Sus decisiones juegan muchas veces en contra de la institución que les da de comer.
Solo denle una mirada a cada una de las diversas gestiones o gobiernos. Vean quienes están en esos altos cargos de confianza. Y nos darán la razón.
¿Cómo llegaron ahí? ¿Cómo así fueron seleccionados? ¿A mérito de qué o por qué? No sabemos, solo las autoridades tienen la palabra final al respecto.
Aunque nosotros nos animamos a soltar la siguiente hipótesis como un pensamiento en voz alta. Las autoridades se rodean de profesionales de medio pelo porque estos son fáciles de manejarlos a su regalado antojo. Se vuelven títeres y manipulables de sus jefes y de los conyugues de estos. Porque eso tampoco es un secreto que de un tiempo a esta parte las gestiones son gestiones de parejas.

Ante esto. Que no es descabellado lanzarlo, muchos profesionales de primer nivel y de prestigio y trayectoria  -qué sí los hay- han confesado que así se manejan las cosas. “Quieres trabajar pero vas a hacer lo que nosotros queremos”. Es lo que siempre condicionan. Por eso los buenos y excelentes profesionistas no aceptan. Ahí es cuando, cual prostitutas, se acuestan facilito en el lecho del poder de turno esos mediocres que están llevando a la deriva a las gestiones y consecuentemente a los distritos, provincias y región. Qué desgracia.

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MI CONGRESISTA, TU CONGRESISTA, NUESTRO CONGRESISTA

¿Qué espero de los candidatos al Congreso de la República? Pues no mucho. Algunas cosas simples y sencillas. Porque a estas alturas de ...